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Receta para cocinar las mas sabrosas milanesas con un toque distinto


Después del asado, una de las grandes pasiones nacionales es, sin dudas, la milanesa. ¿No somos un montón los que después de mirar durante largo rato la carta de un restaurante decimos, como hablando solos, "la verdad es que tengo ganas de comer milanesa con papas fritas"? Sí somos unos cuantos.
Los mismos que en la cocina de casa, cuando nos preguntamos "¿qué puedo cocinar para que coman todos y queden contentos?" contestamos, como hablando solos, "milanesas con puré". Luego hacemos siempre las mismas milanesas de ternera, alguna vez alguna de pollo pero, en general, no variamos nada de nada. Sin embargo... hay para divertirse con las milanesas también. Primero veamos qué requiere una milanesa para ser exquisita.
Milanesas perfectas
Usar carne de nalga, bola de lomo o cuadrada cortada fina aunque no demasiado para que luego no resulten puro pan. Recortar con cuidado toda la grasa o nervios que tengan y, si se tienen dudas de que la carne pueda ser dura, golpearlas un poco (¡poco!) con el martillo de madera ad hoc y salarlas apenas.
Pasarlas por buen pan rallado, sacudirlas un poco, pasarlas por una mezcla de huevo batido con 1 cucharada sopera de agua cada 2 huevos, sal, pimienta, perejil y ajo (opcionales) muy picados. Dejarlas escurrir un instante y volver a pasarlas muy bien por pan rallado golpeándolas con los dedos para que se adhiera bien. Mucha gente prefiere milanesas de peceto o de lomo, es sólo un tema de gustos y de costos; en realidad, las verdaderas son las otras.
Para freírlas el secreto es una sartén con abundante aceite caliente. Hay que girarlas un par de veces con una pinza para que queden sequitas y crocantes. Al retirarlas de la sartén colocarlas sobre papel absorbente. Si se prefieren al horno ubicarlas sobre una asadera aceitada, pintarlas con aceite por encima y colocarlas unos 10-12 minutos en horno bien caliente. Servirlas siempre con gajos de limón.
"Oreja de elefante"
Esta es una receta italiana deliciosa. Pedir al carnicero que corte bifes de costilla, de la parte angosta, de 1 ½ cm de grosor. Sin retirar el hueso, quitar la grasa del borde y golpear la carne hasta que casi duplique su tamaño y quede del espesor de una milanesa habitual. Luego proceder como para la milanesa perfecta. La receta pide que se frían una por una en manteca, pero para los tiempos que corren vale freírlas como las demás en aceite.
Milanesas onda NY
Esta receta es especialmente buena para pollo. Colocar en una bolsita de polietileno 3 tazas de copos de trigo o de arroz (que no sean dulces...) y golpearlos hasta que queden como un pan rallado grueso. A ½ taza de harina común agregarle sal y pimienta. Pasar las milanesas por mayonesa por ambos lados, luego por harina, luego por huevo batido y finalmente por la mezcla de cereal. Freír de la manera habitual.
Milanesas de berenjenas
Una receta para vegetarianos que se puede aplicar también a las pencas de acelga. Cortar rebanadas de 1 ½ cm de espesor de berenjenas bien firmes. Pasarlas por harina, huevo batido y luego por pan rallado y freírlas de la manera habitual.
Churrasquitos de cerdo a la milanesa
Golpear churrasquitos de cerdo para que queden delgados, condimentar el pan rallado con sal pimienta y 1 cucharadita de polvo de curry. Proceder de la manera habitual y servir con compota de manzanas y peras.
Pollo empanado en presas

Esta receta es ideal para cuando se consiguen pollos pequeños. Cortar las presas en las articulaciones para que queden lo más chicas posibles. Abrir un poco el muslo y la pechuga sin despegarlos del hueso para que queden más delgados. Proceder como para las milanesas pero no freír más de 2-3 presas por vez en abundante aceite que tiene que estar caliente pero moderado para evitar que las presas se arrebaten y queden crudas en el centro.
Pescado a la milanesa
Para variar el pescado frito que siempre hacemos a la romana preparar trozos del filete preferido como si fueran milanesas. Hay que freírlos rápido, hasta que apenas se doren y retirarlos enseguida para que el pescado no quede demasiado seco en el interior.
¿Te gusta la idea de variar las milanesas o preferís las clásicas?
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Fuente:yahoo.com

Manjares económicos y postres sabrosos para preparar con Yogurt


El yogurt se ha vuelto tan variado y accesible en el mercado que lo incorporamos a nuestra dieta para consumirlo a diario. Cada día aparecen nuevos sabores junto con diferentes tipos aptos para todos los gustos y necesidades. Sabemos, además, que es muy sano y que es una excelente manera de incorporar calcio y bacterias favorables al organismo.
Como es tan fácil adquirirlo, nos olvidamos de cuando era cosa de todos los días, o mejor dicho  de todas las noches, prepararlo en casa. La elaboración del yogurt es muy sencilla y vale la pena probarla ya que cuesta mucho menos, no tiene aditivos, conservantes ni espesantes y, además,  le podemos adicionar lo que más nos guste para variar el sabor. Manos a la obra entonces para luego aprovecharlo en recetas que lo incorporan.
Yogurt casero
Entibiar 1 litro de leche entera hasta que al sumergir un dedo bien limpio se sienta caliente pero no queme. Colocarla en un bowl de vidrio o loza, incorporar 1 pote de yogurt natural (el más natural posible, entero, no tiene que ser diet ni 0 calorías). Batir bien con un tenedor para mezclar, cubrir con un plato y envolver todo con una manta o un trozo de frazada de lana. Dejar durante toda la noche en un  lugar tibio. Si es invierno es mejor calentar el horno durante unos 5 minutos, luego apagarlo y dejar el recipiente con la manta adentro. A la mañana siguiente el yogur estará listo para ser usado. Guardarlo en la heladera y conservar 1 pote para prepararlo de nuevo. También se puede acomodar directamente en copas o vasos después de mezclarlo. Colocar dentro de una olla y cubrir con la manta.
Dato: es fácil determinar la temperatura de la leche al tacto pero hay que tener cuidado porque si la leche está demasiado caliente las bacterias no trabajan y si está demasiado fría tampoco. Si se dispone de un termómetro controlar que sean 45/48°. Se puede usar leche parcialmente descremada.
Cordero adobado
Mezclar 2 tazas de yogurt natural con 1 cucharada de sal, 2 cucharaditas de hierbas surtidas frescas o secas junto con un poco de menta, 2 cucharadas de aceite de oliva y 1 cucharada de vinagre de vino. Mezclar bien y cubrir una pata de cordero con la mezcla. Tapar con film y dejar una noche entera en la heladera. Al día siguiente cocinarlo al horno o a la cacerola, de la manera habitual, usando todo el adobo para rociar y hacer la salsa.
Aderezo de duraznos para ensalada
Licuar ½ taza de yogurt con ½ durazno maduro, 1 cucharada de jugo de limón, 1 cucharadita de sal, 1 pizca de azúcar y 2 cucharadas de aceite de oliva. Condimentar con la preparación una ensalada de hojas verdes surtidas.
Bizcochuelo de yogurt
Mezclar 1 taza de yogurt entero natural con 1 cucharadita de extracto de vainilla, 1 cucharadita de cáscara rallada de limón y 1 taza de azúcar. Batir e incorporar 4 yemas de a una, agregar de a poco 3 tazas de harina leudante y luego, suavemente, las 4 claras batidas a nieve. Colocar en tortera enmantecada y enharinada y cocinar en horno mediano unos 45 minutos.
Bay Biscuits de yogurt
Colocar en un bowl grande y mezclar 1 taza de yogurt natural con 4 tazas de harina leudante, ¾ taza de aceite neutro (maíz o girasol), 1 taza de azúcar y 3 huevos. Batir muy bien y colocar en una fuente pyrex rectangular enmantecada y enharinada. Cocinar hasta que esté cocido y apenas dorado.  Dejar entibiar, cortar en rebanadas de 1 ½ cm de espesor, colocar de nuevo en el horno sobre una asadera hasta que estén tostadas por ambos lados.
Fuente: yahoo.com

20 ejercicios para mejorar la memoria

El cerebro necesita de ejercicios para funcionar mejor, de la misma forma en que nuestro cuerpo necesita de la gimnasia para mantenerse lleno de energía y sin achaques. 

Con el correr de los años, el cerebro también va perdiendo su capacidad productiva, y si no se entrena. Comienza a fallar. El neurocientífico estadounidense Larry Katz, autor del libro "Mantenga vivo a su cerebro", creó la llamada gimnasia "neuróbica", es decir, una rutina de ejercicios especiales para el cerebro. 

La teoría de Katz se basa en el argumento de que, igual que el cuerpo necesita ejercicios para desarrollarse en forma plena y equilibrada, la mente también necesita de entrenamiento y estimulación. Es común, por ejemplo, que ciertas rutinas sean llevadas a cabo de forma mecánica, y hasta inconsciente. 

"El objetivo de la neuróbica es estimular los cinco sentidos con ejercicios, obligándonos a prestar más atención a las acciones que llevamos a cabo a diario, lo cual mejora nuestro poder de atención y memoria", explica la sicóloga especialista en análisis cognitivo, Mariuza Pregnolato. "No se trata de sumar nuevas actividades a su rutina, sino de hacerlas de forma diferente a como las lleva a cabo todos los días", explica la especialista. 

Según el neurólogo de la Universidad Federal de Sao Paulo, Ivan Okamoto, los ejercicios "neuróbicos" ayudan a desarrollar habilidades motoras y mentales que no tenemos en nuestra cotidianidad, si bien éstas no se relacionan con la memoria. 
"Si usted es diestro y comienza a escribir con la mano izquierda, desarrollara la capacidad de escribir con las dos manos; y si un día sufre un accidente con la mano derecha, la izquierda estará capacitada para sustituirla. Claro que eso no implicará que ese ejercicio lo libre de los olvidos a la hora de pagar la cuenta de la luz o tomar su remedio a la media tarde", dice Okamoto. 

¿Cómo funciona la gimnasia neuróbica? 
La neurobica consiste en la inversión del orden de algunos movimientos comunes en nuestra rutina diaria; ello altera nuestra percepción sin por ello alterar nuestra rutina. El objetivo es ejecutar de forma consciente las acciones que generan reacciones emocionales y cerebrales. 

Los ejercicios incluyen desde leer al revés, hasta saludar al vecino que nunca da los buenos días en el ascensor. La rutina neuróbica afecta aspectos físicos, emocionales y mentales de nuestro cuerpo. "Esos hábitos son los que ayudan a estimular la producción de nutrientes en el cerebro, desarrollando sus células y haciéndolo más saludable", explica Mariuza Pregnolato. 

Cuánto más entrenado sea el cerebro, estará más afinado, si bien no tendrá que pasar por pruebas de coeficiente intelectual o resolver un crucigrama en diez minutos para probarlo. "La neuróbica no exige pruebas extremas: en vez de inscribirse en una olimpiada matemática y aprenderse decenas de fórmulas, pruebe caminar con los ojos cerrados o vestirse con la luz apagada", sugiere la terapeuta. 

La propuesta de la neuróbica es cambiar las rutinas para "forzar" la memoria. Por eso es recomendable darle vuelta a los portarretratos para estar atento, o cambiar la ruta para ir al trabajo, una vuelta de tuerca en la rutina. 

El rol de los sentidos 
El programa de ejercicios neuróbicos ofrece al cerebro experiencias que están fuera de la rutina, usando varias combinaciones de sentidos (vista, olfato, tacto, gusto y audición), además de los "sentidos" relacionados con las emociones y la socialización. 
"Los ejercicios usan los cinco sentidos para estimular la tendencia natural del cerebro a formar asociaciones entre diferentes tipos de información; cuando usted se viste en la oscuridad, por ejemplo, pone a sus sentidos en situación de alerta. Si la visión se dificultó, otros sentidos se agudizarán en compensación", explica. 

Para estimular el paladar, una buena opción es probar combinaciones inusitadas: dulce y salado; quizá leche condensada y mayonesa, ¿qué tal? 

Cuerpo de 40 y mente de 20 
La neuróbica no le devolverá el cerebro de los 20 años, pero le podrá ayudar a ingresar al archivo de memorias. "No podemos aumentar nuestra capacidad cerebral, pero con el ejercicio usted puede activar esas áreas del cerebro que dejó de usar por falta de entrenamiento", explica Mariuza. 

"La única manera de estimular al cerebro es ejercitándolo, por eso quien siempre atiende a su cerebro reduce las probabilidades de sufrir enfermedades cerebrales como el mal de Alzheimer". 




El entrenamiento paso a paso 
El desafío de la neuróbica es hacer todo lo contrario a los actos automáticos, obligando al cerebro a un esfuerzo adicional. Por ejemplo: 

1-Use el reloj de pulsera en el brazo contrario al que lo usa siempre. 

 



2-Camine de adelante hacia atrás por su casa. 

 



3-Vístase con los ojos cerrados. 

 



4-Estimule el paladar probando comidas diferentes. 

 



5-Lea o vea fotos al revés, concentrándose en detalles en los cuales nunca había reparado. 

 



6-Ponga el reloj ante un espejo para ver la hora al revés. 

 



7-Cambie el mouse del computador para el otro lado de la mesa. 

 



8-Escriba o cepíllese los dientes usando la mano izquierda, o la derecha, en caso de ser zurdo. 

 


9-Camino al trabajo, haga un trayecto diferente al habitual. 

 



10-Introduzca pequeños cambios en sus hábitos, transformándolos en desafíos para su cerebro. 

 



11-Hojee alguna revista y busque una foto que le llame la atención. Luego piense en 25 adjetivos que crea que describen la imagen o tema fotografiado. 

 



12-Cuando vaya a un restaurante, intente identificar los ingredientes que componen el plato elegido, y concéntrese en los sabores más sutiles. 

 



13- Al entrar en un salón muy concurrido, intente calcular cuántos están en el lado derecho y cuántos en el izquierdo. Fíjese en los detalles de la decoración y enumérelos con los ojos cerrados. 

 



14-Seleccione una frase de un libro e intente formar una frase diferente formando las mismas palabras. 

 



15- Pruebe a jugar algún juego o actividad que nunca antes haya practicado. 

 




16-Compre un rompecabezas e intente encajar las piezas correctas lo más rápido que puedan cronometrando el tiempo. Repita el ejercicio para ver sus progresos en velocidad. 

 



17-Trate de memorizar la lista del mercado. 

 



18-Consulte el diccionario y aprenda una nueva palabra por día, e intente usarlas en sus conversaciones diarias. 

 



19-Escuche las noticias de la radio y la televisión en cuanto se despierte, y más tarde haga una lista con las más importantes. 

 



20-Al leer una palabra piense en otras cinco que comienzan con la misma letra. 

 



Hábitos saludables 
Para mantener la memoria siempre alerta hay que prestar atención al mismo de nos rodea. El neurólogo Iván Okamoto sugiere un estilo de vida más tranquilo, con alimentación balanceada, sin vicios y con la práctica regular de ejercicios físicos. 

La memoria forma parte de la salud, por eso es importante evitar el cigarrillo y el exceso de bebidas alcohólicas, ejercitarse y seguir una dieta equilibrada. Mantener la actividad mental, ya sea trabajando o participando en alguna actividad en grupo ayuda a elevar la autoestima y poner la memoria a todo vapor", concluye el especialista. 




Fuente: http://www.yahoo.com 

Algunos datos curiosos de la ciencia


Cristales. La jungla soñada.

Gracias a un microscopio especial que científicos del CSIC han diseñado en colaboración con un grupo de investigación de la Universidad de Sendai, Japón, se ha podido medir la velocidad de crecimiento de los cristales de Naica, en México. 

El instrumento les ha permitido concluir que los cristales, que pueden medir hasta 10 metros, han crecido a un ritmo de el grosor de un cabello humano cada 100 años. El más lento jamás medido. 

Los científicos han analizado la reactividad del yeso a las aguas subterráneas que inundaron estas cuevas y fueron las responsables de la formación de estos cristales que no son únicos, pese a su belleza: “En Pulpí y Sorbas, ambos en Almería, es posible encontrar selenitas gigantes, aunque su tamaño no sea comparable con los de Naica” señala el investigador del CSIC, Juan Manuel García Ruiz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. Pero...¿cómo nacen los cristales? 

Cuando duerme, el centro de la Tierra sueña bosques de cristal. Y luego los construye. Hace unos 25 millones de años, se desperezó de su sueño más grandioso, alzando lenguas de magma a través de las placas tectónicas y llevándose por delante aguas termales ricas en minerales. 

Estas penetraron en la piedra caliza que, levantisca por naturaleza, emergió hasta formar las montañas de Naica, en Chihuahua. Millones de años más tarde, más de 20, la corteza terrestre se meció, y el movimiento creó el vientre perfecto para un bosque de cristal: cuevas herméticas con una temperatura superior a los 52ºC. Allí, el agua a medio hervir y saturada de sulfuros, intentó recibir el líquido que se escurría desde la superficie, mucho más frío y rico en oxígeno. 

Pero la diferencia de densidad de ambos provocó una reacción en cadena: el agua desprendió iones de sulfato y calcio de la tierra que empezaron a formar cristales de yeso (sulfato de calcio dihidratado) y selenita (una variante del yeso). 

A lo largo de 350.000 años, las condiciones en las cuevas permanecieron inalteradas, y las aguas, sin nada más que hacer, se dedicaron a imbricarse y parir escamas de cristal, unas encima de otras, hasta alcanzar los 10 metros. Entonces el crecimiento se interrumpió. 

La empresa minera que explota la zona de Naica, rica en minerales, abrió las galerías, el nivel del agua descendió y el telón se alzó para dejar a la vista los cristales más grandes que conoce la humanidad. Al menos hasta ahora ya que aún quedan muchas galerías por explorar en la región.





El Amazonas. Pinceles de la Tierra.

En algunos casos, los ríos, el sistema circulatorio de los continentes, nacen de aguas subterráneas que se rebelan a un confinamiento oscuro y brotan de las entrañas de la Tierra, volviéndose camino. Pero la vertiente más habitual es la que cuenta el tiempo como gotas de lluvia. Y es la que relata el nacimiento del Amazonas. 

Durante miles de años, las nubes se desgarraron las vestiduras ante los picos de las cumbres andinas. Allí depositaron una carga de gotas que se resistió a secarse, se negó a fundirse con la piedra y labró piscinas primero. Luego se desbordó en caída libre por las laderas, uniéndose a otras corrientes, igual de indómitas, para formar, entonces sí, un río. Su ímpetu inicial trabajó la piedra, rediseñó el entorno y bautizó los valles que recorre. Arrastró y arrastra sedimentos nuevos, y fertiliza los paisajes y la imaginación. 

Sobre todo, cuando nace de un día para otro, como ha ocurrido en la provincia argentina de San Luis con el río Nuevo. Allí, un curso de agua se ha gestado prácticamente en una noche, ha arrasado una ruta nacional y ha sumergido en su estudio a geólogos de la Universidad de Oviedo, que aún no encuentran explicación para el fenómeno.





Pulpos. El sacrificio final.

No hay duda: en la naturaleza el instinto de la vida es más fuerte que el de la supervivencia propia. 

La hembra del pulpo se refugia durante unas 5 semanas en una cueva. Es el tiempo que necesitan sus huevos (hasta 150.000) para eclosionar. Durante este lapso no comerá nada, solo se dedicará a mover las aguas alrededor de los huevos para que no se deposite allí ni una mota de polvo y que los huevos no carezcan de oxígeno. 

Y una vez que estos eclosionan, la madre muere.





Estrellas. 11 millones de nacimientos cada hora.

Una nube de gas rasga el telón del infinito. Es una nebulosa de una decena de años luz que gira a 18.000 km/s. 

Prácticamente todo el gas que la forma consiste en moléculas de hidrógeno y helio. Pero la diferencia de densidad desencadena la acción de fuerzas gravitatorias que acercan las moléculas cada vez más. 

A partir de este momento, es una batalla perdida para la nebulosa: comienza a colapsarse, la temperatura aumenta hasta los 1.800ºC y las moléculas de gas se rompen en átomos de hidrógeno hasta que la temperatura del núcleo alcanza los 10.000ºC. 

Entonces, comienzan las reacciones de fusión y el colapso se detiene cuando mide unas 30 veces el tamaño del Sol. Ha nacido una protoestrella. 

Cuando la temperatura y la presión en el núcleo son suficientes para sostener la fusión nuclear, la presión hacia afuera le hecha un pulso a la fuerza de gravedad. En este momento, el núcleo tiene el tamaño del Sol, y el resto es polvo que brilla más allá de nuestra vista, hacia el espectro infrarrojo. 

En algún momento, la radiación es tal que el polvo que rodea la protoestrella se dispara en todas direcciones y, ahora sí, nace una estrella. Su vida dependerá de la cantidad de gas que haya quedado atrapado en el interior.





Alas. Dedos que señalan al cielo.

Es el primer día de gestación. Podríamos estar viendo un ratón. O un murciélago. Los embriones son prácticamente idénticos. 

Sus extremidades empiezan a crecer a un ritmo similar, tienen un perfil parecido... Pero de pronto, en la mitad del proceso, el gen que regula el crecimiento óseo, el Bmp2, se niega a detener su crecimiento. Ha mutado, y la tercera, cuarta y quinta falanges comienzan a extenderse y cuadruplican su tamaño normal. 

Karen Sears y Lee Niswander, de la Universidad de Colorado, han descubierto que la expresión del gen Bmp2 en murciélagos es un 30% más fuerte que en ratones durante esta etapa. Esto les ha llevado a deducir que fue una mutación lo que provocó el “nacimiento” de las alas en murciélagos. 

Ocurrió hace más de 50 millones de años, y la adaptación resultó ser una evolución exitosa.





Setas. Para ver el infinito en una espora...

Tendido sobre la hierba, con ojos microscópicos, la reproducción del hongo cuesco de lobo (Lycoperdon perlatum) es una alegoría del Big Bang. 

El instante cero, por qué se inicia, es un misterio. Pueden ser las condiciones ambientales, el contenido de CO2 o de nutrientes en la tierra, la cantidad de luz… 

De pronto hay una explosión, y al instante 5 billones de esporas comienzan a alejarse en todas las direcciones. En un solo día llegan a recorrer 150 kilómetros impulsadas por los vientos, mientras se elevan a la enrarecida atmósfera existente a 10.000 m. 

Cuando el impulso cese, caerá en la tierra y preparará el terreno para un nuevo Big Bang.





Anillos de Saturno. El orden del infinito.

Los griegos se referían al Universo y a las cosas bellas con la misma raíz: kosmein. De ahí viene cosmos. No es extraño; el Universo tiene una belleza ordenada, una armonía que estamos comenzando a descubrir. Los anillos de Saturno no existirían si no fuera por eso. 

Mientras la fuerza gravitatoria atrae el material que los forma, las fuerza centrífuga lo repele. Este equilibrio impide que los anillos se desvanezcan. 

Según una de las teorías más aceptadas, los anillos (compuestos en gran parte por agua helada, silicatos y tolinas, una sustancias ricas en hidrógeno) podrían haber nacido del choque de un meteorito con un satélite cercano. Los restos de esta colisión permanecen “unidos” a Saturno hasta que las fuerzas los separen. 

Otro candidato a “padre” es la fuerza de marea: un pequeño satélite de Saturno quizá se acercó tanto que estas fuerzas lo desintegraron y lo confinaron a girar alrededor del planeta. La última posibilidad habla de material que quedó “huérfano” cuando se formó Saturno.





Ballenas. El aire que respiro.

La cría lleva 12 meses nadando en el vientre materno. Ha recorrido miles de kilómetros, detectando angustia, cansancio, miedo, dicha, hambre... Y se da cuenta de que pronto va a ocurrir algo. Una fuerza, mayor que las sentidas hasta ese momento, la coge por la cola y la arrastra hacia atrás. 

No sabe qué hay allí, solo ve que de repente todo se ilumina, adquiere colores inventados y siente la piel viva. Los olores conocidos desaparecen, un mundo infinito se abre a sus ojos nuevos... y empieza a ahogarse. Su cuerpo aún no tiene suficiente grasa para flotar y comienza a hundirse. 

En ese momento, el único olor conocido, su tacto de referencia, la impulsa hacia arriba, de nuevo hacia otro mundo distinto del azul, y puede respirar. Si su madre no la hubiera empujado hacia la superficie apenas nacida, se habría hundido sin entender nada.





Mares. Desde el centro de la Tierra, nace un océano.

La cuna del hombre, África, será madre nuevamente. Se espera que rompa aguas, literalmente, en un millón de años. Bajo sus pies, la tierra se agrieta, baila, y las placas, en un roce constante, dejan subir el magma acumulado en su interior. 

Pronto, en términos geológicos, las grietas serán palabras mayores y quebrarán el cuerno de África. 

Cuando esto ocurra, nacerán gemelos opuestos: por un lado, una isla del tamaño de Groenlandia, y entre ella y el continente, un nuevo océano, alimentado por aguas del Índico. 

Las placas tectónicas no solo son el génesis de montañas y volcanes, sino también la madre de todos los océanos.





Neuronas. La génesis de nuestros pensamientos.

Cuarta semana de gestación. El neuroepitelio, la matriz de la que proceden todas las células nerviosas, se enciende. Esto hace que las células madre del sistema nervioso central (SNC) “abran los ojos”. Sueñan con nuevas células, progenitoras que se hacen realidad y crean, a su vez, gioblastos, o neuronas inmaduras. Las células progenitoras pierden entonces su capacidad reproductiva. 

Hasta el quinto mes, la reproducción y proliferación de los gioblastos no cesa. Pero el mundo les queda pequeño y comienza la migración. Sabedoras de su futuro, pero ignorantes del camino, se sirven de la glia radial, otro tipo de célula, para alcanzar su destino. 

Cuando llegan allí es cuando se transforman: ha comenzado la fase de diferenciación neuronal que les dará las características morfológicas y fisiológicas de una neurona madura. Pero no todas alcanzan este destino. 

De hecho, durante estas semanas de desarrollo fetal, la proliferación de neuronas es tal que muchas se quedan sin silla y abandonan el juego: resultan superfluas. Las cifras hablan de que entre el 25 y el 75% de las neuronas creadas mueren. 

Pero más adelante, cuando somos adultos, la muerte de una célula dará a luz el nacimiento de otra. De la zona subventricular del cerebro se emite la señal de partida para células madre que se irán diferenciando en su recorrido: el hipocampo, el bulbo olfatorio y la corteza cerebral. La neurogénesis en adultos se creyó una ficción hasta que el neurobiólogo español José Manuel García Verdugo la descubrió en reptiles. 

Más tarde, junto al especialista mexicano Arturo Álvarez Buylla (quien había señalado la neurogénesis en aves adultas), también detectó este proceso en mamíferos. 

No sería raro que, mientras leías esto, hayas dado a luz a una nueva neurona. Solo que ahora sabes cómo.





Cascadas. Abrirse camino.

Casi 300 saltos de agua en medio de la selva. Todos dispuestos en un anfietatro natural en el cual el ruido blanco de la espuma es el maestro de orquesta. 

Esta maravilla se forma debido a las diferentes resistencias de las rocas del lecho de un río. A medida que un curso de agua va perfilando la tierra, se cruza con rocas de diferentes densidad. Si en un tramo su dureza es mayor que en el tramo siguiente, este último será erosionado más rápido formando un desnivel. 

A mayor diferencia de resistencia entre unas capas y otras, mayor será el salto.





Corales. Un gran viaje comienza con un pequeño paso.

La Gran Barrera de corales en Australia tiene unos 2.000 km cuadrados. Y está formada por millones de pequeños organismos llamados polipos. Estos invertebrados conforma de saco tienen dos extremos. Uno de ellos consiste en una ventosa que les permite "echar raíces". 

Algunos polipos son capaces de fijar el carbonato cálcico del mar e incorporarlo a sus tejidos, formando un exoesqueleto rígido. A este polipo solitario se le unen otros vecinos, ávidos de reproducirse en el tiempo y en el espacio. 

Las generaciones se acumulan durante decenas de miles de años, alimentándose de zooplancton sin saber que están creando los jardines submarinos.





Glaciares. Castillos de hielo.

El frío puede ser un arquitecto inclemente, pero muy creativo. 

Cuando por altura o latitud, la nieve acumulada en el invierno es superior a la que se derrite en verano, la nieve cambia su estructura y, por la presión de los años (y las capas de nieve acumuladas) comienzan a formrse cristales de hielo cada vez más grandes. 

El parto de estos gigantes puede durar miles de años de ladrillos níveos que aplastan a sus predecesores y compactan una masa capaz de reformular un paisaje mientras se mueve al ritmo que le marca la gravedad.





Olas. La respuesta está en el viento.

Un manto azul se extiende infinito y llano sobre el planeta. 

Pero los vientos no son amigos de la calma y la estabilidad. Primero rozan su superficie, producen pequenas perturbaciones en el manto creando olas capilares, de pocos centímetros de altura y luego vuelven a pasar. 

Creando perturbaciones cada vez mayores que se convierten en olas de gran altura y se alimentan de su propio movimiento. 

Hasta que encuentran fondo. Y crecen más aún. 





Sexo. Te como a besos sería más que una frase.

Una de las teorías sobre el origen del sexo tendría que ver nada más y nada menos que con el canibalismo. 

De acuerdo con Olivia Judson, bióloga del Colegio Imperial de Londres y autora del libro Consultorio Sexual para todas las especies, en algún momento de la evolución, cientos de millones de años atrás, un organismo se comió a otro, pero en lugar de digerirlo por completo, sus ADN se recombinaron. 

La teoría no resulta del todo descabellada ya que uno de los beneficios del sexo es reparar parte del ADN dañado.





Terremotos. El movimiento interior.

La tierra se sacude, forma olas y ondas que se expanden y destruyen. Pero también crean nuevos paisajes. 

El nacimiento de un terremoto se gesta en la energía que se libera en el interior de nuestro planeta. 

Al ser liberada, esta energía mueve las placas tectónicas que, en busca de un equilibrio, se desplazan y hacen "temblar" la corteza.





Volcanes. Ansias de la Tierra.

La energía del centro de nuestro planeta, al ser liberada, puede generar terremotos, pero el material caliente, si encuentra un canal adecuado, sube hasta la superficie y comienza a acumularse en forma de cono y construye su propia chimenea; una boca abierta por la cual, a partir de entonces podrán salir las entrañas de la Tierra.